Uso y Manejo del Agua en Nogales: Claves para Producir Más con Menos

En Chihuahua, el agua es un recurso cada vez más escaso y valioso. Para quienes cultivamos nogal, su uso eficiente no es solo una buena práctica: es cuestión de supervivencia.

En el episodio 12 de Cultivando Historias con Glezco, conversamos con el Ing. Luis Guillén, fruticultor con más de 30 años de experiencia, sobre estrategias para optimizar el riego y enfrentar el estrés hídrico que vive la región.

Un reto que viene de generaciones

Luis recuerda que, en tiempos de nuestros abuelos, llovía más y los pozos tenían niveles mucho más altos. Hoy, la realidad es distinta: cada gota cuenta. Quien no invierta en tecnología, medición y manejo responsable del agua, tarde o temprano quedará fuera del negocio.

Medir para mejorar

El primer paso para usar el agua de forma inteligente es saber cuánto y cómo se está aplicando.

Luis utiliza herramientas como la calicata (una zanja para observar raíces y humedad) y sensores de humedad de suelo como el Teros 12. Estos dispositivos permiten conocer la capacidad de campo, es decir, la cantidad máxima de agua que el suelo puede retener para la planta sin desperdiciarla.

💡 Regla de oro: si riegas de más, el exceso se pierde por lixiviación o escurrimiento, y no llega a las raíces.

Evapotranspiración y cálculo de necesidades hídricas

Cada nogal consume una cantidad distinta de agua según su tamaño, etapa fenológica y clima. Para saber cuánta agua reponer, Luis mide la evapotranspiración (la suma de agua evaporada y transpirada por la planta) y aplica un coeficiente de cultivo específico para el nogal.

Ejemplo práctico:

• Un nogal joven puede requerir unos 214 litros diarios en mayo.
• Un nogal adulto y de mayor porte puede necesitar hasta 400 litros en la misma fecha… y más del doble en los meses críticos de verano.

Velocidad de aplicación y fertilriego

No todo es cuestión de “abrir la llave y dejar correr”. Luis recomienda:

• No exceder los 2.5 mm/hora de velocidad de infiltración para evitar encharcamientos y pérdida de oxígeno en las raíces.
• En fertilriego, no superar 1 gramo de fertilizante por litro de agua para mantener una conductividad eléctrica óptima y evitar limitar la absorción de agua y nutrientes.

Alta densidad: ¿sí o no?

La plantación a mayor densidad puede ser una estrategia para aprovechar mejor el terreno y producir más por hectárea, siempre que se controle el porte de los árboles mediante podas mecánicas y selectivas.

Un árbol más compacto consume menos energía para llevar nutrientes a la copa, facilitando el riego, la fertilización y la cosecha. Sin embargo, esta práctica requiere más mano de obra, maquinaria especializada y un manejo técnico constante.

Conclusión: el agua como prioridad

En palabras de Luis Guillén: “El que no mida y no optimice, desperdicia. Y en un escenario de escasez, desperdiciar es salir del negocio”.

Con datos, tecnología y manejo estratégico, es posible mantener una producción rentable incluso en condiciones de estrés hídrico.

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